Al final el tan estresante momento de envío de la moto fue bien.

Este era unos de los temas que me inquietaba. No suelo tomar información previa, en cierta manera me gusta in situ encontrar las opciones y enterarme de cómo va el asunto. Pasados dos días en Bangkok fui a recoger mi moto del aeropuerto.

Fue un día de yincana dentro de las instalaciones aeroportuarias. Las diferentes pruebas de habilidad a las que me iba enfrentando me ocuparon hasta las 5 de la tarde, momento en el que me comunicaron que ya podía ir al almacén a destrozar una caja de matera.

Al encargado del almacén le hizo mucha gracia verme entrar con un martillo en la mano. Me trajo la caja con una sonrisa y me dijo que me divirtiera J

Me coloque en una esquinita del almacén pero eso no impidió que me convirtiera en el centro de atención de la zona de carga del aeropuerto. Un buen montón de gente comiendo pipas mirando como sudaba. Creo que acabe dándoles lastima por que incluso el personal de la oficina me trajo coca colas fresquitas para aliviar mi trabajosa tarea.

Siempre que lo das todo el universo te ayuda. Estoy convencido de ello. Me acuerdo en el aeropuerto de Katmandú no fue hasta que no podía mas que la gente me empezó a ayudar sin mas para para poder mover mi caja-moto hasta la puerta del almacén.

Saber que siempre recibirás ayuda tranquiliza y saber que cuando te empecinas no hay quien te pare te da esperanzas.

En cuanto recorrí los primeros metros saliendo de las instalaciones aeroportuarias empecé a tener la sensación de estar lejos de casa. Y esa convicción de saber que me es más fácil seguir que volver atrás.

Deje de reflexionar tras caerme en parado delante la puerta de salida. A veces me encanta montar el numerito 🙂

En Tailandia he estado alrededor de 4 meses.

Me suena a mucho tiempo pero creo que es el que a tocado. Antes me habría preocupado el pasar mucho tiempo pero ahora me dejo llevar mas ante las circunstancias ajenas a mí, o en gran parte.

La cuestión es que por una mala planificación administrativa he tenido que esperar la llegada de nueva documentación para poder seguir viajando.

Siempre me acuerdo de un cuentecilla que decía así:

A un chaval en un pueblo le regalaron un caballo y todos comentaban la suerte que había tenido, pero el anciano comentaba “ya se vera…”

Al tiempo tubo una caída rompiéndole una pierna. Y todos comentaban la mala suerte que había tenido, pero el anciano comentaba “ya se vera…”

Posteriormente se declaro la guerra y este quedo exento por invalidez. Todos comentaban la buena suerte que había tenido, pero el anciano seguía diciendo “ya se vera…”

Ya se vera… todo es incierto, lo que si puedes es elegir como quieres afrontar y vivir las diferentes situaciones.

En Tailandia la mitad del tiempo he estado viajando acompañado, primero por una amiga y segundo con mi pareja. Puede que decir pareja por naturaleza, no sea muy acertado, en todo caso alguien muy especial.

Ciertamente mi adaptación fue complicada. Por un lado el equipaje extra y el peso de otra persona. Y por otro mi tipo de viaje, vagabundo vs. turismo de 15 días.

No es que fuera tacaño pero Tailandia es mas caro que Nepal, India y Pakistán. Además mis necesidades son mínimas. Y si veo que me voy a gastar el precio de 3 noches en una habitación en una cena, me entran picores. Aunque entiendo perfectamente que uno quiera ir a Tailandia 15 días para desconectar con unos mínimos lujos, que al fin y al cabo, son mucho mas baratos que en España.

Por otro lado, yo mismo me estresaba simplemente por saber la fecha de vuelta y por querer que tuvieran un buen viaje.

Era otro viaje y en ocasiones me costaba entenderlo.

Dejando a un lado las pequeñas discrepancias todo fueron buenas experiencias, más risas y nuevas situaciones.

Cuando volví a mi normalidad me di cuenta que necesitaba tramitar un nuevo pasaporte y un nuevo carné de pasaje. Savia que esto iba a retrasar mi salida del país pero no me quedaba otra.

Siempre he querido subvencionar mi viaje en el propio camino, mas bien, que no me queda otra si quiero seguir viajando sin fecha de vuelta, y este tiempo que debía permanecer en Bangkok me venia al pelo para ello. Encontré un trabajo de teleoperador pero al final me decante por la venta ambulante de pulseras. La idea era cubrir todos los gastos mientras encontraba otra cosa.

La experiencia fue fenomenal, por un lado pude cubrir todos los gastos y por otro he conocido muchísima gente, digamos que es una forma de buscar que pasen mas cosas.

La gran mayoría de días iba a trabajar preguntándome a quien iba a conocer ese día.

Por otro lado, hacer pulseras con las colores de la bandera de Tailandia en pleno proceso electoral hace que se vendan como rosquillas.

Tengo la sensación que he completado algo que me faltaba. Lo natural es trabajar, no mucho, pero si un poquito. Al menos con relativa constancia. Estar tanto tiempo sin trabajar no me confortaba. Mas cuando quieres acercarte al resto del mundo que trabaja todos los días y entiende, que eres millonario por no trabajar y viajar por tanto tiempo.

La gente que somos del primer mundo ya de por si somos unos privilegiados, trabajando por el camino creo que normaliza tu situación. De todos modos estos trabajos más que trabajos son experiencias de viaje tan interesantes como cualquier otra.

Estoy conociendo muchas maneras de ganarse la vida diferente a las que conocía y en cierto modo eso me anima a pensar que todo es posible. El dinero del que uno dispone para empezar es irrelevante. Lo importante es cuanto quieres una cosa y que estas dispuesto a hacer por ella.

Bang, Ying y Nong se han convertido en buenos amigos, especialmente Bang. Son los propietarios del GuestHouse N.Y.B en Bangkok. Siempre suelo cambiar de sitio a los dos días de estar en un lugar buscando algo más económico pero esta vez este ha sido mi punto de referencia en Bangkok.

Aparte de satisfacer mis necesidades la calidad humana era inmejorable. En pocos días nos hicimos buenos amigos.

He disfrutado mucho estas semanas, especialmente para poder desconectar del superhéroe de la película. Estar todo el día con la moto hace que te conviertas en un súper héroe. Aparcarla y disfrutar de nuevos amíguetes de tu a tu, olvidando el superhéroe es un alivio.

Además, que alguien te enseñe su país es fantástico. He comido, he ido a lugares y asistido a fiestas que nunca hubiera visto por mi mismo. Y siempre con el sello de BBB (bueno, bonito y barato)

Gracias Bang, Nong y Ying.